
No fieis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. (Jeremías 7:4)
“Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. Hacer justicia y juicio es a Jehová más agradable que sacrificio. Altivez de ojos, y orgullo de corazón… son pecado” (Proverbios 21:2-4)
La Biblia dice que podemos hacer muchas cosas pensando que son correctas, buenas y necesarias, Sin embargo, para que así lo sean, deben tener la aprobación de Dios. Pues él, pesa los corazones y sabe realmente los sentimientos escondidos y las motivaciones que hay detrás de cada acto. Por tal motivo, se dice que obrar rectamente con integridad y sinceridad haciendo lo que es justo siempre, es mucho mejor que todo ritual culto y sacrificio.
En el contexto del Antiguo Testamento, los sacrificios del pueblo de Dios, estaban ligados a su culto, a la necesidad de expiación y a manifestar la relación que tenían con Dios, pero, para ser agradables, debían ser hechos con fe, justicia y amor. No por religiosidad, ni orgullo espiritual encubierto.
Hoy en día es igual. Aunque nuestros sacrificios son espirituales (1 Pedro 2:5) el testimonio de la Iglesia, debe ser en justicia, paz, amor y fe. Cuando en una congregación se cometen injusticias y por ende, no se hace justicia, bajo el pretexto de impedir que ingrese el mundo, que se contaminen las cosas santas, etc. Se está obrando mal. Pues esos no son procederes de Dios. Y aunque las actividades religiosas continúen, si se están cometiendo injusticias, a los ojos de aquel que es el Santo y verdadero, eso está mal. Mejor sería honrar al Señor haciendo justicia y juicio, que con la continuidad de los sacrificios.
Pensamientos para reflexionar