Todos los escritos
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él… El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1 Juan 2:4,6)
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1)
Cuentan que un cantante famoso por su vida bohemia, una vez, estando en España, consiguió trabajo como cantante en un bar, por medio de un conocido, quien le anticipó de antemano a los dueños: Él vendrá todas las noches y hará su función, pero ustedes déjenlo que se maneje como le parezca, no le cambien la ropa, ni le exijan nada, Déjenlo simplemente que cante que él no los va a defraudar… Un supuesto creyente al escuchar esa historia, dijo: ¡Qué bien! Eso es lo que yo siempre reclamo. A mi que no me vengan con imposiciones… Otro creyente que también estaba escuchando, le dijo a quien hizo ese comentario. Verdaderamente, a nadie le gustan las imposiciones, pero, debemos recordar que cuando nos presentamos como creyentes en Jesucristo, las personas esperan de nosotros que nos comportemos como cristianos. De un cantante, la gente espera que cante bien. De un deportista que sea exitoso, pero de un creyente, espera que sea una persona espiritual, buena, justa, separada del mal. Pues un creyente no es simplemente alguien que tiene una creencia, sino alguien que tiene una nueva vida, que tiene a Cristo y que lo manifiesta a través de todas sus acciones.
Los creyentes pueden estar pendientes de muchas cosas, pero la gente solo espera verlos viviendo cristianamente. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6)
Pensamientos para reflexionar
