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“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14)
“Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:3,4)
En China ya funcionan los taxis autónomos. Automóviles sin chofer a los cuales solo se les debe escanear el código QR que está en la ventanilla y subirse para darle inicio desde una pantalla activada desde los asientos. Nada más que eso y el auto los conduce hasta el destino deseado.
Un turista en China no se animaba a probar con este tipo de taxis y habiendo rentado un auto, quiso dirigirse usando su GPS. Un amigo suyo le dijo que, si bien el GPS era fantástico, le convenía tomar el taxi, pues el GPS le indicaría el camino, pero luego tendría que animarse a conducirse por un largo camino, dudoso y temerario.
Esto nos hace pensar en lo que dice la Biblia a cerca de la ley y la gracia. Leemos: “El pecado no se enseñoreará más de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14) Pues. La ley les indicaba el camino diciéndoles lo que debían hacer según el deseo de Dios, pero no les daba la fuerza de hacerlo. Como el GPS indica la ruta, pero no nos lleva. Luego es la responsabilidad del conductor llegar a destino contando con todo lo necesario: fuerza, combustible, etc. En cambio, la gracia faculta de fuerza en Cristo por el Espíritu para poder marchar, tal como el caso del Taxi que le garantiza a las personas llegar a destino.
Pensamiento para reflexionar
