
“Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí…” (Isaías 45:5)
“Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro” (Isaías 45:18)
Algunas personas creen que los cristianos son arrogantes al pensar que ellos están en el camino correcto. Y dicen que, habiendo miles de millones de personas sobre la tierra con sus distintas creencias y religiones, nadie puede decir que conoce al verdadero Dios y la verdad de las cosas como ningún otro.
Efectivamente, hay en la tierra religiones antiquísimas, como así filosofías religiosas y toda clase de creencias que la gente sigue. Musulmanes, Budistas, Confusionistas, etc. Pero, sin embargo, el cristianismo, es diferente a todas esas religiones. La diferencia es muy grande.
En todas las religiones las personas buscan la verdad deseando llegar a Dios para encontrar el camino hacia la vida eterna, confiando en sí mismos. Convencidos de que hay que esforzarse para conseguirlo. Obligados y obligándose a hacer buenas obras.
En cambio, el cristianismo, dice como Dios nos ofrece la salvación por gracia, mediante la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios. Quien no es como los demás profetas y guías espirituales que dejaron sus enseñanzas, pero finalmente murieron. Jesús, verdaderamente, ha dejado enseñanzas maravillosas y ha dejado ejemplo para que sigamos sus pisadas. Pero murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día.
Él, ahora vive y es el camino y la verdad y la vida (Juan 14:6) Para que todo aquel que en él crea no se pierda más tenga vida eterna. Algo que la religión no puede ofrecer.
Pensamientos para reflexionar