
Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama. (Génesis 4:19-22)
(Véase Génesis 4:9 al 24)
Caín pecó gravemente y fue echado de la presencia de Dios, pero no se arrepintió ni se volvió a Dios. La posteridad de Caín, conociendo todo lo que había acontecido, tampoco quisieron volverse, sino que se adaptaron a su condición alejada del creador y a pesar de haber sido considerados brillantes según el mundo, por todos los adelantos que hicieron, en ellos se ve la marca de la decadencia de una manera muy triste.
En los hijos de Caín encontramos la mención por primera vez de la poligamia, la primera canción acerca de la violencia. La utilización de animales domesticados, la música, la artesanía en metales y todo lo derivado de estas cosas que fueron para hacer agradable la vida sin Dios. ¡Qué triste! Tanto talento, pero para poder vivir independientes del creador.
Esto que vemos en la humanidad desde sus comienzos, es una constante en el hombre. Alejado de Dios, busca la forma de pasarla bien y palear sus faltantes utilizando las capacidades recibidas, pero no para la gloria de Dios, sino para su satisfacción, y ni así es feliz.
Por eso, si sufres y sientes muchas veces ese vacío existencial y esa falta de sentido en la vida, no busques distracciones, sino a Dios, a quien hallarás en Cristo y por eso te vendrá bien. El bien que la posteridad de Caín no encontró por no volverse a Dios.
Pensamientos para reflexionar