LA LEY Y EL EVANGELIO (1)

“Sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:19-20)

“El hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Romanos 3:28)


La Biblia muestra como Dios fue revelándose a los hombres progresivamente. Siempre los hombres tuvieron ante sus ojos el testimonio del eterno poder y deidad de Dios (Romanos 1:20) Pero necesitaban aún una revelación superior para conocer las demás cosas de Dios que hablan acerca de su persona, su moral y sus excelencias.

El hombre fue tratado a través de los tiempos de diferentes maneras y esas revelaciones fueron aumentando su responsabilidad. En un momento, Dios les dio la ley, e Israel tuvo el privilegio de saber lo que Dios reclamaba que el hombre hiciese y lo que prohibía.  

La ley que es justa, santa y buena, iluminó el camino del hombre, lo instruyó y evitó tropiezos; pero no le fue dada a los hombres como un medio de salvación. La ley hizo que el hombre viera el estado de su corazón y comprendiera su condición pecaminosa para llevarlos a Cristo. Lamentablemente, muchos, no comprendieron el objetivo que tenía la ley, y la tomaron como medio de salvación. Eso es un error.   porque por medio de la ley, nadie pudo ser justificado ante Dios. Por medio de la ley, el hombre llega al conocimiento del pecado, no de la salvación (Romanos 3:20) Para el conocimiento de la salvación, Dios le hizo llegar al hombre el mensaje del evangelio, pues el hombre solo puede ser salvo por gracia, mediante la fe en Jesucristo.

Continúa en la parte 2


Pensamientos para reflexionar

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