DAVID PIDIÓ EL EFOD Y CONSULTÓ A JEHOVÁ

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5)

Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado (Romanos 10:11)


David, fue un gran hombre de Dios. En una ocasión,  cuando su vida peligraba,  temiendo que los habitantes de Keila lo traicionaran ingratamente, consultó a Jehová, pidiendo el efod sacerdotal y obtuvo la respuesta del Señor. En otra ocasión, habiéndolo perdido todo, lloró hasta no tener lágrimas , y  también pidió el efod y consultó a Jehová para saber qué hacer. Allí también obtuvo respuesta y fortaleza divina. En esas circunstancias, no obró por su propia cuenta e instinto, sino que consultó al Señor y esperó en él (Véase 1 Samuel 23 y 30)

El efod era una prenda sacerdotal, donde el Sumo Sacerdote, intermediario entre el pueblo y Dios, llevaba las piedras preciosas que tipificaban al pueblo con el nombre de sus tribus y también el Urim y Tumin. Por lo cual, era mucho más que una prenda. Era la representación de esa conexión que tenía el pueblo con su Dios, y el papel sacerdotal como mediador en esta relación.

Nosotros, no necesitamos  un efod, pero sí, actuar como David bajo la enseñanza espiritual figurativa de estos hechos. No tenemos un efod, pero tenemos en el Señor Jesús a nuestro Sumo Sacerdote que intercede por nosotros,  y un trono de gracia abierto a nuestro favor  (Hebreos 4::14-16) Por lo cual, acerquémonos confiadamente. Consultémoslo todo y pidamos siempre su gracia ante toda situación. Sobre todo, cuando atravesamos grandes pruebas y tenemos que tomar decisiones.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *