Todos los escritos
“La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí” (Isaías 3:9)
“La insensatez del hombre tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón” (Proverbios 19:3)
Los seres humanos, actúan no solamente bajo la influencia de su temperamento ni del carácter que fueron formando, sino bajo las influencias y secuelas que va dejando el pecado en ellos, aunque no se den cuenta.
El hombre olvida que tiene un alma y que esa alma es sensible y guarda un registro de todas las cosas. Uno en la vida muchas veces da vuelta una página para no volver a verla, pero no puede borrar lo que en ella está escrito. El diablo siempre presenta al pecado como algo inofensivo. Siempre lo muestra como algo gratificante escondiendo sus consecuencias, pero, ¡cuidado! Todo lo que se vive mal fuera de la voluntad de Dios queda en el registro del alma y luego acongoja. Por este motivo vemos a las personas tantas veces actuar raramente. Algunos disimulan sus daños emocionales, otros lo evidencian en demasía, pero siempre los hombres tienen algo que los va comiendo por dentro y eso solo puede solucionarlo Cristo.
Dios dice en su palabra: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18) Dios perdona y limpia, y es el único que puede borrar el registro de cosas que te hayan sucedido que atribulan el alma, si recibes a Cristo como tu Salvador.
Pensamientos para reflexionar
