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“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5)
“¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jeremías 13:23)
Aristóteles decía que, los pensamientos condicionan las acciones. Las acciones determinan el comportamiento y el comportamiento repetido crea hábitos. Los hábitos luego estructuran el carácter y el carácter marca el futuro…
La Biblia no es un libro de filosofía, pero en ella encontramos la verdad de Dios en cuanto a todas las cosas. Si bien es cierto en gran medida lo que expresaron muchos filósofos y pensadores, los cristianos reconocemos que todo designio de los pensamientos que salen del corazón del hombre sin Dios, son de continuo solamente el mal (Génesis 6:5) Que el hombre sin Dios es enemigo de Dios en su propia mente (Colosenses 1:21) Y allí realmente se encuentra el problema. Los pensamientos del hombre natural condicionan sus acciones que no son según el pensamiento de Dios. Esas acciones determinan un comportamiento que no es bueno y habituados a eso, forman un carácter que los conduce cada vez más lejos al a la perdición. Porque todo aquel que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36)
Debido a esto, Dios, en su gracia, nos manda a predicar el evangelio de Salvación a toda criatura, para que los hombres se arrepientan de sus pecados, se vuelvan a Dios, reciban a Cristo como salvador y sean salvos. Allí sí mediante el nuevo nacimiento espiritual, cada convertido goza de un entendimiento renovado.
Pensamientos para reflexionar
