
“¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?” (Job 25:4)
“El carcelero les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:30,31)
Un hombre discutía con un predicador acerca del mensaje del evangelio, diciéndole que él, no podía aceptar que fuese tan fácil ser salvo, si se trataba tan solo de creer en Jesucristo, pues le parecía insuficiente. Y una y otra vez decía: A eso, siento que le falta algo…
El predicador le explicaba que al mensaje de salvación en Cristo, no le falta nada. Y le decía: “-Mire mi amigo, el faltante estaría, si la salvación fuese como usted se imagina, una obra llevada a cabo por Cristo, pero a la cual le tenemos que agregar algo de nuestra parte para que Dios nos la otorgue. Sin embargo, la Biblia dice claramente que la salvación Dios la ofrece por gracia y se recibe por fe, no teniéndole que agregar nada más pues está completa para quienes reconociéndose pecadores perdidos, aceptan a Cristo como su único y suficiente salvador, sin que tengan los hombres que hacer nada más para hacerla efectiva. –“(Efesios 2:8)
Y es así de simple. No es por algo que podamos obrar, ni hacer, para que nadie se gloríe. La salvación es de Dios (Salmos 3:8, Jonás 2:9) Dios no comparte su gloria con el hombre en la obra de la salvación. Es enteramente producida por Dios y ofrecida por gracia en virtud de la obra de Cristo en la cruz, para todo aquel que reconociéndose pecador perdido la reciba por fe.
Pensamientos para reflexionar