MORALEJAS (2)

“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:6,7)


En este cuento, la cruz no debe interpretarse como alguna circunstancia dolorosa que debamos padecer para ganarnos el cielo, pues la entrada al cielo es únicamente por gracia, mediante la fe en Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros, muriendo por nuestros pecados, para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna (Juan 3:16)

Aquí, la cruz tiene el sentido de aquello que llevamos en nuestro peregrinar y que muchas veces quisiéramos cambiar porque por momentos se nos hace insoportable. Pero, ante lo cual, debemos pensar que no nos suceden como castigo, sino que son cosas y situaciones que Dios permite, para que se cumpla lo que está escrito. “Para a la postre hacerte bien” (Deuteronomio 8:16) Cosas que nos ponen a prueba, pero no inútilmente, sino, siempre que Dios lo vea  necesario. (1 Pedro 1:6) Y aunque a veces, lo que nos ocurra nos parezca insoportable, innecesario y demasiado, recordemos siempre que Dios dijo que no permitirá que seamos tentados (probados) más de lo que podamos resistir” (1 Corintios 10:13)

Nuestra parte por lo tanto, es marchar con aceptación desde la posición y la condición en la que el Señor nos coloque. No buscando atajos, ni rompiendo compromisos y responsabilidades, pues nos encontraremos luego frente a situaciones que nos harán ver que era necesario y justo marchar como Dios lo había previsto.


Pensamientos para reflexionar

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