
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12:1)
“Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien” (Job 22:21)
Dijo Jesús: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)
Un psicólogo decía que cuando alguien, a pesar de todo, decide dejarnos, tenemos que dejarlo, pues ya tiene decidido abandonarnos, romper con nosotros y perdernos para vivir de otra manera. Nada podemos hacer entonces al respecto, sino dejarlo. Y que esa persona, podrá irse, pero no podrá evitar las consecuencias de su decisión. Esa persona nos ha sacado de su vida, para vivir libremente según su deseo, pero en algún momento nos echará de menos, queriendo volver a compartir ciertas cosas, y allí constatará que le faltamos, teniendo que afrontar las consecuencias de su decisión…
Al escuchar esto, uno piensa enseguida en la relación del hombre con Dios. Pues, efectivamente, los hombres eligen caminar sin Dios, y así les va. Luego, esas personas echan de menos los cuidados de Dios, su compañía, etc. Al comienzo las personas se zambullen tras sus deseos, pero, luego, como dice la Biblia: “Será hastiado de sus caminos el necio de su corazón” (Proverbios 14:14) Pues esos caminos que se escogieron, llegado el momento ya no lo satisfarán.
Por eso, nuestro consejo a manera de ruego, para todos aquellos que se encuentran lejos de Dios, es que se vuelvan de sus caminos. Que se arrepientan de sus pecados y reciban a Cristo como Salvador. Antes que vengan esos días malos donde no tengan en ellos contentamiento y donde quizás hasta les falte la capacidad física y mental para hacerlo.
Pensamientos para reflexionar