
“Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados” (Rut 2:9)
“Del Pozo, el cual cavaron los señores. Lo cavaron los príncipes del pueblo, Y el legislador, con sus báculos” (Número 21:18)
Los creyentes debemos saciar nuestra sed en las benditas aguas de las Sagradas Escrituras.
Sin embargo, debemos reconocer que, en la Biblia, muchas veces encontramos cosas que, como son “difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Pedro 3:16) Y esto, porque, no en todo momento de la vida cristiana, el creyente puede profundizar en ciertos temas y sacar de allí todo el provecho que Dios ha puesto en esas porciones. Con todo, debemos tomar de los recursos divinos para aprovechar lo que Dios nos ha provisto por medio de aquellos hermanos dotados, que antes de nosotros, han profundizado al respecto y compartido ricas enseñanzas espirituales. Tal como le había sucedido a Rut, cuando Booz le dijo que no fuera a espigar a otros sitios y que, cuando tuviera sed, tomara el agua directamente de las vasijas que habían sacado los criados. Ella obviamente no tenía los elementos para buscar y sacar el agua que calmara su sed, pero Booz ya se había encargado, de que, por medio de sus siervos, ella tuviese disponible lo que refrigeraría su alma, tal como lo hizo nuestro Señor con nosotros.
¡Bendito sea nuestro Dios! Aprovechemos entonces el ministerio escrito, dejado hermanos fieles que han sabido ahondar en las Escrituras, para que tengamos buena comprensión y crezcamos en la gracia y en el conocimiento.
Pensamientos para reflexionar