“No resistáis al que es malo; antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y a cualquiera que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con el dos” (Mateo 5:39-41)
Los filipenses marchaban bien, pero como todos sabemos, durante la marcha, suceden cosas que la dificultan y el diablo está atento, para estorbar. El Apóstol Pablo les dice “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Filipenses 4:5) ¡Hermosa recomendación!
Esta exhortación, es mucho más que una incitación a ser amable y cordial, es una directiva para que obremos según el espíritu y carácter que debe tener un ciudadano del reino de Dios. En el sermón del monte, el Señor enseño a no resistir al malo, a poner la otra mejilla y a andar la segunda milla, aquí el Espíritu nos enseña, a través de esa palabra “gentileza” el carácter de aquel que no hace valer sus derechos. Que no manifiesta un espíritu reclamador.
Jesús, el Hijo de Dios, pagó el impuesto del templo No hizo valer su derecho ni se quejó, sino que envió a Pedro a que lo pagara. (Mateo 17:24-27)
Pablo no usó su derecho de no trabajar mientras servía entre los corintios, para no poner ningún obstáculo al evangelio. (1 Corintios 9: 6-15)
El Espíritu de Cristo es así en los suyos. No importa que parezca que pierden, importa dar un buen testimonio de Dios, en amor, mansedumbre, humildad… El Señor está cerca. Cerca, viendo lo que nos pasa. Cerca, porque está viviendo para llevarnos consigo donde allí sí tendremos lo que nos corresponde.
Pensamientos para reflexionar