UNA TRIPLE BASE DE CONDENACIÓN


“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12)

“Así que, como por la transgresión de uno (Adán) vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno (Jesucristo) vino a todos los hombres la justificación de vida” (Romanos 5:18)


La Biblia enseña que el hombre, es condenado sobre una triple base de culpabilidad.

Primeramente, el pecado de Adán le es imputado. Adán es la cabeza federal del hombre, el representante de la humanidad y el hombre está ligado a las consecuencias de su desobediencia. También, porque a causa del pecado, tiene una naturaleza pecaminosa, y tercero, porque es un pecador por la práctica, ya que constantemente peca ante Dios.

¿Qué podría hacer el hombre para cambiar esa situación?

La Biblia también enseña que lo que no podía hacer el hombre para sacar de en medio el pecado que lo destituía de la gloria de Dios y lo condenaba, lo hizo Dios a través de su Hijo Jesucristo.

Como la paga del pecado es muerte, Cristo murió por nuestros pecados (1 Corintios 15:3) Como en Adán todos mueren (1 Corintios 15:22) Asociados a Cristo, somos librados de toda condenación (Romanos 8:1) En Cristo Jesús, nuestro nuevo representante, tenemos plena seguridad y vida eterna. Somos una nueva creación (2 Corintios 5:21) con una nueva naturaleza, ya no de carácter pecaminosa, como la heredada de Adán, sino divina, la cual repudia el pecado y armoniza con Dios.

Por eso. A pesar de esa triple base de condenación, la culpa culminante por la cual el hombre finalmente es condenado, es por rechazar la salvación que Dios ha provisto en Cristo Jesús. (Véase Juan 3:18,36)


Pensamientos para reflexionar

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