“Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas” (Deuteronomio 30:19)
“No os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón. No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades” (1 Samuel 12:20-21)
A unas personas se les preguntó: ¿Ustedes que preferirían? ¿descubrir una vacuna para el SIDA, o que su país ganara el mundial de fútbol? Y la gente al unísono respondió: ¡Salir campeones del mundo! A unas jovencitas, se les preguntó que deseaban recibir como premio: ¿Un libro, o una crema facial? La respuesta fue la crema facial…
Eso nos recuerda a las palabras de un famoso representante de Jugadores de fútbol que dijo: Yo me dediqué a esto, porque vi que para la gente era más importante la foto de fin de año que el diploma mismo…
Evidentemente, muchos están eligiendo mal. No solo las concupiscencias arrastran a las almas al pecado, sino que la vanidad, algo que ya no se juzga como mala, aleja a las personas de las cosas verdaderas. Jesús dijo que nos esforcemos no por lo que perece, sino por lo que a vida eterna permanece (Juan 6:27) “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36) Sin embargo, muchos, actualmente, hacen pactos con el diablo y las tinieblas para triunfar a cambio de su alma.
Levantémonos con el evangelio. Pronto viene el Señor a buscar a los suyos y la puerta de la gracia se cerrará. Por eso el diablo no pierde tiempo. tratando de evitar por todos los medios que la gente se acerque a Cristo llevándolos tras las vanidades.
Pensamientos para reflexionar