PREGUNTA N° 1. ¿Todos somos hijos de Dios? Y ¿Todos adoramos al mismo Dios aunque lo llamemos de diferente manera?
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Alguien escribió lo siguiente, dejándonos algunas preguntas para contestar:
COMENTARIO Y PREGUNTA:
He conocido a personas, que afirman que todos somos hijos de Dios, no solamente los creyentes, por lo cual, debemos actuar como tales, sacando de dentro de nosotros mismos las cualidades divinas, y de esa manera, hacer un mundo mejor. Porque Además, el hombre, es el hombre en todo lugar y tiempo, no importa donde haya nacido. Todos buscamos, respetamos y adoramos a un mismo Dios, aunque a ese Dios lo imaginemos de maneras distintas o se lo llame por distintos nombres.
¿Qué podrían decir al respecto? Yo no comparto tales afirmaciones pero en su momento no supe como refutarlas con versículos bíblicos, ya que soy nuevo en la fe, teniendo solamente meses de convertido.
RESPUESTA:
A estas preguntas tan interesantes, con la ayuda del Señor y por medio de la Palabra, trataremos de darle una respuesta clara, que aliente su corazón, lo afirme en la verdad y lo prepare “para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15)
Como primera respuesta, debemos decir en cuanto al hombre. Que en un sentido, Dios tiene una paternidad general sobre todos “Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos…” (Efesios 4:6) paternidad que va más allá del hombre, pues la Palabra lo declara como “Padre de los espíritus” (Hebreos 12:9) Por esto, también los ángeles, que son “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1:14) son mencionados como hijos de Dios. (Job 1:6, 2:1, 38, 7)
Pero, debemos resaltar también, otra verdad en relación al hombre. La que nos habla acerca de la caída en el pecado y la consecuente muerte espiritual y pérdida de beneficios.
Para el hombre, muerto espiritualmente, y alejado de Dios con la condenación a cuestas a causa del pecado; Dios ha provisto la Salvación. Esa Salvación se encuentra en Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, “quien vino al mundo para salvar a los pecadores” (1 Timoteo 1:15) Estas verdades las tenemos que tener en cuenta, para comprender lo relacionado al hombre como hijo de Dios.
La Palabra declara que todos hemos pecado y que no hay diferencia (Romanos 3:23) pero, también, que todo pecador que recibe a Cristo por fe como su salvador personal, pasa de muerte a vida, entra nuevamente en comunión con Dios, es perdonado de todos sus pecados y forma parte de la familia de Dios; siendo una nueva creación en Cristo. Por lo tanto, quien recibió a Cristo, tiene un derecho, que lo diferencia del resto de los pecadores no arrepentidos que necesitan un salvador, el de ser llamado, hijo de Dios. Porque, la Biblia dice que cuando el salvador vino “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11,12) Aquí tenemos la clara e inequívoca declaración, que nos hace ver que, habiendo el Señor introducido un nuevo estado de cosas, si bien, todos somos criaturas de Dios, porque Dios nos creó, solamente, los que han creído y recibido en Cristo como su Salvador, tienen el derecho de ser llamados hijos de Dios.
También debemos acentuar que el hombre natural, en su estado de muerte espiritual, no puede sacar cualidades divinas de dentro suyo, pues el pecado lo pervirtió totalmente y, en tal hombre, se manifiesta lo que está escrito : “ Queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí… y veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:21-23)
Además, debemos recordar, que nunca encontraremos en la Biblia el pensamiento expresado, que diga algo así como que Dios espera, que el hombre, por sí mismo, sacando las virtudes de dentro haga un mundo mejor. Si eso hubiese sido posible, no hubiese venido Cristo.
Con respecto a la segunda pregunta, donde nos dice que el hombre es el hombre en todo lugar y tiempo, debemos decir, que en un sentido eso es cierto. Porque Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:26,27) pero, en cuanto que en todo lugar, todos creemos, respetamos y adoramos a un mismo Dios es algo totalmente falso y pernicioso. La Biblia dice claramente que: “Dios es uno” (Romanos 3:30) “Único y sabio” (Romanos 16:27, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:5,6) Y “que todos los dioses de los pueblos son ídolos; Mas Jehová hizo los cielos” (1 Crónicas 16:26 Salmo 96:5)
Millones de personas profesan su fe diciendo: Alá es grande, y Mahoma es su profeta. Pero, si les preguntáramos si Alá es el Dios que hizo los cielos y la tierra; Si Jesucristo es su Hijo, y si fue él, quien lo envió a la tierra, para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna. Dirían un rotundo NO: Evidentemente, están hablando de otra persona. Su dios, no es nuestro Dios. Si la misma pregunta se la hiciéramos a los panteístas, que creen que la naturaleza, el universo etc. todo es Dios; contestarían lo mismo.
Creen en algo superior, y hasta ahí, podríamos decir, es lo único que tenemos en común, porque obviamente nuestro Dios es alguien superior, pero, no todos creemos en el mismo Dios. Nuestro Dios es aquel que nos ha dejado su Palabra escrita: La Biblia, es quien “no escatimó ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros” (Romanos 8:32) Quien nos ama, y sigue, en su paciencia, llamando al hombre al arrepentimiento para salvación. El que nos dice: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18) Todo lo demás que piensen los hombres, son pensamientos humanos, sin fundamento bíblico, inspirados por Satanás, para que el hombre que se sienta preocupado por su condición, piense en su futuro, o tenga inquietudes existenciales, se extravíe detrás de cualquier cosa a la que llame dios, y que de ninguna manera lo podrá salvar.
Por lo tanto, a la luz de las Escrituras, esto es lo que podemos decir al respecto, acerca de sus preguntas. ¡El Señor bendiga su Palabra!