“Dijo Jehová: Porque dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella; antes se fueron tras la imaginación de su corazón” (Jeremías 9:13,14)
“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20)
El subjetivismo se basa en la apreciación personal del sujeto, por eso, cada uno vive su propia realidad y toma lo que siente como verdad. Lamentablemente, esta tendencia es cada vez más corriente.
Los cristianos tenemos una guía certera dejada por Dios, que es Su Palabra. Dios declara en su Palabra lo que es y lo que no es. Las personas, no deben interpretar las cosas de Dios según su parecer, sus sentimientos, ni sus experiencias. Sino según la Palabra.
Las sectas colocan su propia apreciación e interpretación de las cosas por encima de lo que dice la Biblia y esgrimen que es verdad todo cuanto hayan experimentado, sin importar si lo que dicen tiene sustento bíblico o no, y al ser así, es inútil toda discusión.
Los israelitas, frente a la tierra de Canaán creyeron en su parecer y sus sentimientos más que en lo que Dios les decía. Porque a su parecer, ellos eran como langostas ante los ojos de los cananeos (Números 13:33) Y no poseyeron la tierra por causa de su incredulidad.
Algo parecido sucede con la salvación. La seguridad de la salvación no la dan los sentimientos. Si alguien se mira a sí mismo para tener la seguridad de su salvación, basándose en sus sentimientos, se sentirá tan confundido que dudará. En cambio, si cree en la palabra de Dios hallará descanso, porque así lo atestiguan las Escrituras.
Pensamientos para reflexionar