La justicia engrandece a las naciones; Mas el pecado es la vergüenza de los pueblos (Proverbios 14:34 RVR77)
“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18)
Cierta vez, el evangelista Billy Graham, dijo en forma de chiste: “Si el Señor no hace caer pronto fuego del cielo sobre esta tierra, tendrá que disculparse con Sodoma y Gomorra…” Esto lo decía, porque por mucho menos de lo que se ve hoy en día, esas ciudades fueron castigadas y puestas como ejemplo a los que habían de vivir impíamente.
Muchos se niegan a aceptar la declinación moral en la conducta de los seres humanos, pero, igualmente, la degradación de las personas es evidente. Un anciano solía decir: Yo en casi mis cien años de vida vi, y supe de muchos lugares donde la depravación era aberrante, pero nunca como ahora de una manera tan generalizada.
La Biblia dice: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7) La gente puede hacer lo que quiera, lo que no podrá jamás, es evitar las consecuencias.
Por eso Dios nos llama en Jesucristo, para sacarnos del presente siglo malo sobre el cual se desencadenará su ira por todos sus hechos inicuos, los cuales encontraron su punto máximo cuando crucificaron a nuestro Señor Jesucristo, diciendo: no queremos que este reine sobre nosotros.
Hoy, Dios, no está ocupado en mejorar al mundo que se degrada cada día más, sino llamando a los hombres al arrepentimiento para que crean en Jesucristo como su salvador, y sean salvos.
Pensamientos para reflexionar