“Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan” (Salmo 86:4,5)
“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado” (Salmo 32:1)
Los seres humanos necesitan sentirse perdonados. El perdón es liberador de cargas emocionales, físicas y espirituales y no se puede encontrar fuera de Cristo. No hay iglesia, sacerdote ni ministro religioso que otorgue el perdón, sino solamente Dios. “Él es quien perdona todas tus iniquidades” (Salmo 103:3) Dios perdonador (Salmo 99:8). Tampoco hay cosas que uno pueda hacer para mitigar las faltas cometidas y hacer que finalmente Dios nos perdone. Dios perdona a quien confiesa su pecado sin justificaciones. A todo corazón arrepentido que pide su perdón, y es justo en hacerlo, porque lo hace sobre la base de la obra de Cristo, Quien en la cruz del calvario murió por nuestros pecados, por eso luego de la resurrección y exaltación de Cristo, se mandó a predicar el perdón de pecados por su nombre, para todos los que en él creyeran (Hechos 10:43)
La gente y la religión muchas veces piden más para perdonar, porque necesitan estar satisfechos con el castigo. Otros, piden compensaciones o restituciones, las cuales no siempre se pueden hacer. Uno puede restituir una suma de dinero que tomó sin permiso o devolver otras cosas, pero no puede, por ejemplo, restituir una vida, un vínculo roto ni cosas por el estilo donde pretendiendo hacer un supuesto bien se seguiría haciendo mal.
Por eso, la única forma de sentirse bien y experimentar el perdón, es creyendo en Cristo como Salvador y confesando el pecado (1 Juan 1:9)
Pensamientos para reflexionar