
“Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2:2)
“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19)
Jesús dijo: “Otra vez os digo, que, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19) La expresión “se pusieren de acuerdo”, es bien justa y precisa. Dicen que en el original esta expresión significa “sinfonía” actuar en sinfonía. Lo cual es algo precioso. La sinfonía es un conjunto de voces, instrumentos o ambas cosas juntas que suenan acordes a la vez. Así el Señor quiere vernos a los suyos.
Cuando un hermano dirige a la congregación en oración debe ser conducido por el Espíritu Santo, para poder expresar en sinfonía el pensamiento de todos. Cuando una oración se expresa, pero los que están siguiéndola también en oración la sienten muy horizontal, como dirigida a los hermanos en lugar de a Dios, hay una nota discordante que rompe la sinfonía. Cuando los hermanos, en determinados momentos o situaciones no ven todos lo mismo, ni sienten la misma cosa, la sinfonía se ve perturbada.
Estamos llamados a hablar “toda una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” (1 Corintios 1:10) Y llamados a ponernos de acuerdo para orar haciendo sinfonía, sin nada discordante, de manera unánime (Hechos 1:14)
Allí, es cuando se manifiesta el Señor.
Pensamientos para reflexionar