SANTIFICACIÓN (Parte II)

“Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir” (2 Pedro 3:11)

 “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:16)


Cuando la Palabra de Dios es dejada de lado y ya no es la guía, todo se derrumba.

En todo ámbito cristiano se corre el riesgo de que se introduzcan quienes no quieren vivir santamente separados del mundo, ni vistos como diferentes. Ellos sienten deseos de satisfacer su carne y esto es como un tsunami que arrastra inclusive a los verdaderos creyentes. Así pasó en Israel “Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!” (Números 11.4)

El poder que actúa en los que son de Cristo, es el poder del Espíritu; y donde hay desobediencia y falta la separación del mal, el Espíritu se contrista y apaga. En vano serán después los consejos dados a los jóvenes y nuevos creyentes para que se mantengan como fieles testigos de Jesucristo, sino se les hace ver que la separación del mal es una de las armas más efectivas para poder estar firmes, dándole menos lugar al tentador.

Donde a la carne se la alimenta con cosas del mundo, y se ve como normal que los cristianos hagan por vanidad las mismas cosas que los que no conocen a Dios; bajo el pretexto de que son cristianos, pero no religiosos, no habrá fuerza espiritual ni frutos para la gloria de Dios.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *