
“Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16)
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8)
Hay personas que esperan presentarse ante Dios mostrándole como durante su vida se esforzaron en hacer las cosas bien, y aunque muchas cosas las hicieron mal, piensan que Dios contemplará todo lo que hicieron, sea bueno o malo, y lo colocará sobre los platos de una balanza, para ver cuáles son las cosas que pesan más, si las malas o las buenas. De eso dependerá luego, tener abierta o cerrada la entrada al cielo.
Obviamente, las cosas no son así. Eso no es lo que enseña la Biblia. Razonamientos tales, son producto de la imaginación del hombre que espera ser salvo por obras.
Imaginémonos un asesino que delante de su juez diga: – Yo soy culpable de asesinato, es verdad, pero también es cierto que siempre he sido un buen hijo, un buen esposo, un buen padre. Siempre he pagado todos mis impuestos, y además hice siempre colaboraciones a entidades benéficas. Muchos pueden atestiguar de esto que le digo, así que pido que considerando todo esto, sea dejado libre, sin condenar, porque si bien hice algo malo, hice también muchas cosas buenas – Todos diríamos que así no funciona la justicia y que la propuesta es ridícula. Bueno, lo mismo sería querer ser justificado ante Dios por obras.
Hay una sola manera de ser salvo, y es creyendo en Jesucristo. Porque la salvación es por gracia, mediante la fe. (Efesios 2:8)
Pensamientos para reflexionar