“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice… para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él” (Romanos 3: 19-22)
La Biblia dice que “la ley es santa y el mandamiento santo justo y bueno” (Romanos 7:12) Y verdaderamente, dada por Dios, no podía ser de otra manera. Sin embargo, uno puede preguntarse: ¿Por qué algo bueno dado por Dios, termina siendo un ministerio de condenación? (2 Corintios 3:9) La respuesta es sencilla. Esto se debe al estado en el que los hombres nos encontramos a causa del pecado.
Pero Dios, no nos confió un ministerio de condenación, con mandamientos justos y buenos para que veamos si podemos hacerlos y de esa manera salvarnos nosotros mismos de la condenación del pecado. Dios para salvarnos, envió a su Hijo desde los cielos, Quien, no vino para condenar al mundo, sino para que el mundo fuese salvo por él (Juan 3:17) Por eso entregó su vida en la cruz del calvario, muriendo por nuestros pecados. Para que luego, “todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16)
Quien toma la ley como medio de salvación, o cree que la ley fue dada para el conocimiento de la salvación, no ha comprendido. Por medio de la ley es el conocimiento del pecado (Romanos 3:20) La justificación es por medio de Jesucristo. La ley, es como una luz que nos muestra nuestra pecaminosidad y nos hace ver nuestro estado de perdición, pero nos conduce a Cristo en quien hallamos la salvación.
Pensamientos para reflexionar