
“Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia” (Romanos 6:17,18)
Por lo general, cuando alguien dice que la Biblia habla de obediencia, el que escucha, lo relaciona con la obediencia a la ley, a los diez mandamientos etc. Sin embargo, debemos saber que Dios, resalta en las Escrituras, una clase de obediencia que pocos tienen en cuenta, y que es: la obediencia a la fe.
Cuando alguien escucha el evangelio de la gracia de Dios y no recibe a Jesucristo como su salvador; ya sea porque abiertamente rechaza o simplemente porque deja pasar la oportunidad, Dios lo ve, no como alguien que no ha podido creer, sino como quien no ha obedecido.
Esto es, porque Dios que desea salvarnos, “MANDA a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan” (Hechos 17:30)
Dios manda, es “el mandamiento del Dios eterno, que se ha dado a conocer a todas las gentes para que OBEDEZCAN a la fe” (Romanos 16:26)
En el hecho de recibir la salvación, la obediencia está implícita, Por eso está escrito: “Y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente… también muchos de los sacerdotes OBEDECÍAN a la fe (Hechos 6:7, Hebreos 5:9)
Cuando Dios dice: “Dame hijo mío tu corazón” (Proverbios 23:26) El hombre debe obedecerle y dárselo.
Quien no obedece al llamado debe preguntarse:
¿Cuál será el fin de aquellos que no OBEDECEN al evangelio de Dios? (1 Pedro 4:17)
Pensamientos para reflexionar