NO PODRÁS HACER FRENTE A TUS ENEMIGOS

“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:14-15)


Los capítulos 6 y 7 de Josué, presentan dos verdades fundamentales que debemos tener presente: La presencia del Señor con nosotros, garantiza siempre la salvación y victoria contra el enemigo;  pero, esa misma presencia, demanda santidad y obediencia (1 Pedro 1:16)

Israel, conoció la victoria, pero, de repente, volvió la espalda frente a sus enemigos. ¿Qué había pasado? Dios dijo: “Israel ha pecado… han tomado del  anatema”

Hicieran lo que hicieran para hacerse fuertes y vencer, sería en vano, Dios dijo: “No podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros” (Josué 7:13)

Anatema, era algo apartado por Dios, que Israel no  podía tocar, porque era maldito.

En lo personal también es así. Hay cosas que no son de Dios, y que no debe hallar en nosotros.

Como Acán (Josué 7:21) muchas veces codiciamos y tomamos lo prohibido, escondiendo en nosotros algo que Dios reprueba.

Acán, lo escondió debajo de su tienda. Era algo íntimo, privado que los demás no veían, sin embargo, Dios lo había visto y esto lo llevó a la ruina.

Nuestro corazón no debe  albergar nada que Dios repruebe. Venganza, falta de perdón, rencor, son también, como todo pecado oculto,  cosas anatemizadas que no podemos tener en nosotros, porque aunque los demás no lo vean, nos privan de una vida victoriosa, e impiden que nos vaya bien.


Pensamientos para reflexionar

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