No hay quien haga el bien. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Salmo 14.1-3)
“Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” (Eclesiastés 7:20)
Un misionero ocupado en la obra del Señor en China, contaba que una vez fue detenido e interrogado por las autoridades de aquel lugar, pero para su asombro, lo interrogaron para que dijese quien era su informante, pues él había predicado y dado una descripción exacta de lo que era un ciudadano chino. El misionero les dijo, que él simplemente había leído su Biblia, lo que Dios atestigua del hombre en general, no del ciudadano chino. Y recordó que el mismo Confucio, pensador que ellos veneraban, decía: Hay solamente dos hombres buenos. Uno es el que murió, y el otro es quien aún no ha nacido…
Verdaderamente la Biblia lo atestigua. “No hay justo ni aun uno… No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Romanos 3:10-12) Por eso todos necesitan al Salvador provisto por Dios que es Cristo Jesús.
Que no haya hombre bueno a los ojos de Dios, porque a causa del pecado, el hombre cayó en un estado de perversión total, no quiere decir que los hombres muertos en sus delitos y pecados sean incapaces de absolutamente todo. Ellos pueden, por ejemplo, inventar una nave espacial para llegar a la luna y conseguir grandes logros en el plano humano, pero lo que no pueden es hacer nada para lograr su salvación. Necesitan imperiosamente el trabajo de Dios en sus almas para creer en Jesucristo y ser salvos.
Pensamientos para reflexionar