LLÉVALOS A LAS AGUAS, Y ALLÍ TE LOS PROBARÉ (Parte II)

“El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones” (Proverbios 17:3)

“Dijo  Jehová… miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Isaías 66:2)


Como Gedeón y sus hombres, nosotros también somos probados ante las aguas de refrigerio (Léase Jueces capítulo 7:1-7)

Debemos ser siempre conscientes de que estamos aquí de paso, como extranjeros y peregrinos  (1 Pedro 2:11) y que  nuestra misión como testigos de Jesucristo es servir a Dios, sin olvidar que no es tiempo de buscar grandezas. (Jeremías 45:5)

Espiritualmente, la prueba ante las aguas, también nos sugiere el ser probados ante las verdades de la Palabra, ya que en la Biblia, el agua, es un símbolo de la Palabra de Dios (Juan 15:3, Efesios 5:26)

En la Palabra de Dios encontramos la balanza justa para pesar los corazones. Nosotros nos sentiríamos tentados a declarar como buenas personas a quienes nos resultan simpáticos, y con quienes congeniamos en la forma de ser. Pero se necesita más que eso. Por ejemplo, ¿cómo probar a alguien que pretende a nuestros hijos para casamiento, sino viendo si primeramente ama a Dios con todo su corazón y se inclina ante las verdades de Su Palabra?

Para servir en la casa de Dios se nos dice también que: “Sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan… si son irreprensibles” (1 Timoteo 3:10) ¿A qué prueba se referirá el Señor? A ser probados por la Palabra.

La Palabra que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12) es aquella que dará el veredicto justo.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *