Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente… Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. (Mateo 16:16-18)
Sobre la confesión de que Jesús (el Salvador) es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, se edifica la Iglesia. Porque la Iglesia, no es el edificio, sino el conjunto de los redimidos. Ante la confesión que hizo Pedro, Jesús dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18)
Desde el comienzo, la Iglesia del Señor sufrió los ataques infernales de Satanás y sus huestes, bajo toda forma de hostilidad. Sin embargo, como dijo Tertuliano, teólogo y escritor del siglo II: “La sangre de los mártires fue semilla de cristianos” y las puertas del Hades, no prevalecieron contra ella.
La expresión “Puertas del Hades” es metafórica. El Hades es el estado de las almas desincorporadas del cuerpo. Una condición relacionada a la muerte. Al hablar de las puertas del hades, podemos imaginarnos el poder de la muerte abriendo sus puertas para terminar con el testimonio de Jesucristo en la tierra. Sin embargo, a pesar de todo, la muerte de los creyentes, sirvió como testimonio de una fe pura, y cuantos más se persiguió a la Iglesia, más se propagó la fe. Por eso está escrito “Todo es vuestro, sea la vida, sea la muerte…” (1 Corintios 3:22) La muerte en un creyente, solo es quien lo lleva a un gozo mejor junto al Señor en el cielo, y no dejó nunca sin creyentes la tierra.
Pensamientos para reflexionar