“Mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron sin esperanza. Acuérdate que mi vida es un soplo” (Job 7:6,7)
“Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño” (Job 14:12)
Alguien dijo muy acertadamente: “la vida es aquello que transcurre mientras estamos ocupados en otras cosas” Dios dice en su Palabra “¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14) La vida del hombre pasa rápidamente. “Y toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae” (1 Pedro 1:24) Solo la Palabra de Dios permanece para siempre, por eso es tan importante guiarnos por ella, y no por nuestros pareceres.
La vida pasa, y pronto todos daremos el paso a ese gran más allá. Hay un cántico muy solemne que dice. “Y tendremos que ir y las cuentas rendir delante del trono de Dios” Eso será terrible para quien no haya arreglado sus cuentas con Dios mientras estuvo con vida. Quien no haya respondido al llamado de Dios que le dijo incansablemente. “Venid luego y estemos a cuenta” (Isaías 1:18)
Si alguien muere sin haber creído y recibido a Cristo como su Salvador, poco importará la religión a la que perteneció, lo bueno que haya sido para con su familia o cualquier otra cosa que hubiera hecho. Tendrá que responder por haber desechado a Cristo que dio su vida para salvarlo.
Por eso: “Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” (2 Corintios 5:20)
Pensamientos para reflexionar
