LA SUBLEVACIÓN DE SATANÁS

“Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios… Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (Ezequiel 28:14,15)


Dios creó al hombre a su imagen  y semejanza. (Génesis 1:26)

Como Dios es Espíritu (Juan 4:24) debemos entender que su IMAGEN, no se refiere a lo físico, sino que el hombre ocuparía en la creación la posición de representante, puesto que tiene una condición moral que no se encuentra en las demás criaturas. Y por  SEMEJANZA, se refiere a ser semejante a él,  ejerciendo una acción gubernamental. Pues, Dios les dijo: “Llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…” (Génesis 1:28)

Satanás codició la posición del hombre, porque  siempre quiso tener señorío. Él quiso ser SEMEJANTE  a su creador, y tener un trono en los cielos.

La Biblia descubre ese deseo: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré… sobre las alturas…  subiré, y seré SEMEJANTE al Altísimo. (Isaías 14:13,14)

Finalmente, como no pudo establecer su trono en los cielos, decidió hacerlo en la tierra, en el ámbito del hombre y lo logró por medio del pecado.

Ahora, “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19) pero Dios redime y restaura al hombre, “trasladándolo de la potestad de las tinieblas al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13)

Así, la imagen y semejanza del hombre, distorsionada a causa del pecado es restaurada cuando se recibe a Cristo como Salvador.


Pensamientos para reflexionar

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