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“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:10)
“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14)
El Señor dijo claramente:” Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Lucas 18:16) Esto quiere decir que los niños están bajo el amparo de la obra de Cristo, de su sacrificio expiatorio, y si son retirados de este mundo pasando por la muerte, en esa condición de niños, pasan a la presencia del Señor, quien dio su vida por ellos cuando vino a salvar lo que se había perdido. (Mateo 18:11)
Pensando en esto, muchos se preguntan: ¿Qué pasará con los niños cuando venga el Señor a buscar a los suyos? ¿Irán todos al cielo? Primeramente, debemos recordar que todo aquel que cree en Jesucristo como su salvador es salvo y se irá con el Señor en el momento del arrebatamiento, cualquiera fuese su edad. Pero, también debemos reconocer que no todas las personas, y menos aún los niños de las familias incrédulas conocen a Jesucristo.
Los niños de los creyentes, son santificados en sus padres (1 Corintios 7:14) y desde pequeñitos reconocen a Cristo y es alguien familiar en sus vidas. Esos niños subirán a los cielos en la enorme compañía de los salvos. Los otros niños, generalmente, carecen de este conocimiento. Están bajo el amparo de la obra de la cruz, pero, les falta aún conocer a Cristo, por eso es necesario hablarles del Salvador.
Continúa en la parte 2
Pensamientos para reflexionar
