LA SALVACIÓN NO SE PIERDE (1)

Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:27-29)

“Cristo…  habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación” (Hebreos 5:7 y 9)


Algunas personas se preguntan si se puede perder la salvación. La respuesta es NO. Así como la salvación no se puede ganar, porque no está al alcance del hombre poder lograrla, tampoco está en nuestras manos mantenerla para no perderla.

El hombre imagina poder ganarla y muchas veces se esfuerza en eso. El joven rico que mencionan los evangelios le preguntó al Señor: ¿Qué haré para heredar la vida eterna? (Marcos 10:17) Porque quería hacer algo para obtenerla por sus propios medios. Adquirirla como una herencia que le correspondiese. Sin embargo, el Señor le hizo ver y sentir su nulidad al respecto.

La vida eterna Dios la ofrece por gracia, en virtud, no de lo que nosotros hagamos, sino de lo que hizo Cristo, muriendo en la cruz por nuestros pecados. Y esa gracia se la recibe por fe. (Efesios 2:8) De esa manera la persona salva, no solo recibe el perdón de sus pecados, sino que es transformado, completamente regenerado recibiendo además la naturaleza divina, la posición filial ante Dios y el sello del Espíritu Santo que lo marca como propiedad divina que nadie puede arrebatar de su mano (Juan 10:28,29)

Muchos dicen haber visto a creyentes apartados perderse en el pecado y el mundo, y eso, los lleva a pensar que la salvación se pierde. Pero en realidad, eso no es pérdida de salvación sino otra cosa que vamos a considerar.

Continúa en la parte 2


Pensamientos para reflexionar

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