
“Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer… Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros” (Éxodo 12:6,12,13)
La palabra pascua significa paso o salto. Para saber acerca de su origen debemos remontarnos al libro del Éxodo capítulo 12, donde se celebró por primera vez. Allí los israelitas comieron del cordero y se pusieron al abrigo del juicio de Dios por la sangre del cordero.
En todas las casas de Egipto había llanto y dolor por la muerte. Porque “a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón… hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales” (Éxodo 12:29)
Para los Israelitas fue diferente. ¿Por qué? “Porque los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado” (Éxodo 12:28)
¡Qué importante es obedecer a Dios! Jehová pasaría en juicio, pero donde veía la sangre del cordero como señal, protegiéndolos, pasaba de largo, hacía ese paso o salto que significa pascua. Y los Israelitas se habían puesto bajo el amparo del cordero. La sangre que Jehová veía en los postes y los dinteles, servía como señal segura.
Había un solo medio de salvación, y ellos se pusieron bajo su amparo. Hoy es lo mismo. Dios no puede pasar por alto al pecado, ni tener por inocente al culpable (Nahún 1:3) Pero, perdona y pasa por alto en su juicio sobre quien haya creído y recibido a Cristo como su salvador. (Hechos 16:31)
Pensamientos para reflexionar