“Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias” (1 Corintios 4:17)
“Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor” (1 Corintios 14:37)
Hay un aforismo muy conocido que dice: No es la iglesia la que determina lo que la Biblia enseña, sino la Biblia la que determina que debe enseñar la Iglesia…
Este aforismo, se basa en un principio general de las Escrituras. Recordemos por ejemplo la enseñanza del apóstol Pablo a los Corintios en cuanto a la mujer. Allí dice claramente “Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.” (1 Corintios 14:33-35)
El Espíritu Santo sabía que habría quienes se resistirían a obedecer argumentando sus pensamientos humanos, su interpretación al respecto, etc. Por eso, acto seguido les pregunta: “¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado? Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor” (1 Corintios 14:36,37) Que es como decirles. Estas enseñanzas para vosotros y para los creyentes venideros, deben obedecerlas, porque no son ustedes los que produjeron las Escrituras, ni los que determinan lo que dice Dios por medio de su Palabra, sino Dios por medio de su Palabra es el que determina lo que deben decir ustedes y como deben conducirse.
Pensamientos para reflexionar