
“Llamé, y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no quisisteis” (Proverbios 1:24,25)
“El que vive aislado busca su propio deseo, y contra todo consejo se encoleriza” (Proverbios 18:1) BLA.
La Palabra de Dios es perfecta, “y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)
El Proverbio citado, nos habla del que vive aislado del resto, del que se aparta, o desvía… como también se traduce en otras versiones de la Biblia.
Dios nos muestra en su Palabra lo que hay en el corazón de cada individuo que se separa del resto. De quien se desvía de la verdad, del que se aparta de Dios y de los demás creyentes, y se aísla en su propio mundo, no queriendo someter su corazón a nada; sino a sus propias inclinaciones naturales y a sus pensamientos.
Dios ordena estar sujetos a las autoridades superiores: Los hijos a los padres, los siervos a sus amos, los jóvenes a los ancianos, los hombres a Dios… Sin embargo, los seres humanos rechazamos someternos, buscando independencia.
El hijo que se va de la casa, o el creyente que abandona su congregación; Por lo general, buscan satisfacer sus propios deseos, tal como lo dice el Proverbio.
Podrán presentar muchas excusas, pero en el fondo, el motivo es uno, poder hacer su voluntad.
Solamente Dios puede redargüir tal estado de corazón, convenciéndolos de que sólo hay felicidad, caminando en la voluntad de Dios.
Pensamientos para reflexionar