“Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” (1 Pedro 2:15)
Somos llamados a actuar con una conciencia sin ofensa ante Dios y los hombres. (Hechos 24:16)
Para eso, debemos hacer siempre lo correcto.
Cada día tomamos decisiones. Éstas, deben ser tomadas pensando en lo que es correcto ante Dios primeramente, y no, pensando primero en las consecuencias que tendrán esas decisiones, para buscar un punto medio adecuado que no nos perjudique tanto.
Si primero, consideramos cuáles serán las consecuencias de nuestras decisiones, una vez que sabemos que Dios nos llama a obrar de una manera determinada, estaríamos pecando. Porque “el que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17) “porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23)
Los jóvenes hebreos amigos de Daniel, supieron ser fieles a Dios sin mirar las consecuencias y dijeron: “No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 4:16-18)
Muchas veces, hacer lo correcto, puede parecer hasta perjudicial, sin embargo debemos saber que eso es lo que Dios espera de los suyos, y que siempre, hacer lo correcto, será lo mejor.
Pensamientos para reflexionar