
“Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?” (Salmo 77:13)
Dios se presenta, como “El Dios de toda gracia” (1 Pedro 5:10) y como misericordioso y clemente. “Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36)
La GRACIA Y LA MISERICORDIA, son cualidades de Dios que nos hacen adorar.
Estas expresiones, bien conocidas y que muchas veces las asociamos como sinónimos de la bondad de Dios, expresan pensamientos diferentes que es bueno diferenciar.
GRACIA, significa: Beneficio o favor no merecido. Por eso está escrito: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9)
Nadie puede lograr por sí mismo su salvación, ni merece ser salvo por obras que hubiese hecho. La salvación es ofrecida por Dios sobre la base de su gracia.
MISERICORDIA. Proviene del latín: Misere (miseria, necesidad) Cordis (corazón) e ia (hacia los demás) Por eso, nos habla del corazón de Dios compadeciéndose del estado mísero en la que nos puso el pecado y obrando en consecuencia. “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos” (Lamentaciones 3:22)
Para diferenciar ambas cualidades, podríamos decir que Dios obra en GRACIA cuando, en su amor, nos da lo bueno, aunque no seamos merecedores; y con MISERICORDIA, cuando en su compasión, evita que nos venga lo malo que nos correspondería.
¡Bendito sea nuestro Dios!
Pensamientos para reflexionar