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“Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos” (Proverbios 4:26)
Dicen que para tener éxito, hay que tener el conocimiento indicado; y, estar en el lugar indicado, en el momento indicado. Quizás sea así, no lo podemos asegurar, pero, lo que sí sabemos, porque la Biblia lo enseña, es que estar en el lugar indebido, muy probablemente nos conducirá al fracaso.
Pedro, en el patio del sumo sacerdote, ejemplifica esto. “Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos” (Lucas 22:55) Estar en ese lugar, sentado en la silla de los escarnecedores (Salmo 1:1) lo hizo negar tres veces al Señor.
David no había ido a la guerra, estaba en Jerusalén, y un día paseándose por su terrado vio a una mujer hermosa que se estaba bañando. No estaba en el lugar que les correspondía a los reyes, y terminó cometiendo un pecado atroz. (2 Samuel 11:1-4)
El rey Josafat, habiéndose emparentado con el malvado rey Acab, un día decidió visitarlo. Acab, lo llevó con él a la batalla, vestido de sus ropas reales. El enemigo lo confundió, lo rodeó, y si no hubiera sido por la intervención del Señor, lo hubiera matado (2 Crónicas 18:1-32)
Estos ejemplos nos hacen ver que estar en el lugar indebido, nos puede llevar a negar al Señor, caer en pecados horrendos, o meternos en situaciones donde nuestra vida peligre.
Pensamientos para reflexionar
