“No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tito 2:10)
Es preferible… Esta frase, a menudo, la escuchamos mal empleada, de boca de cristianos que se resignan al mal, argumentando que es preferible ante sus ojos, una forma de mal que otra.
Escuchamos decir, por ejemplo: Es preferible ver mujeres que no se cubren en la presencia del Señor (Véase la enseñanza en 1 Corintios 11) que ver a otras mujeres cubiertas, con apariencia de piedad, pero llenas de críticas para con todos…
Es preferible un joven con el cabello largo hasta la cintura que “ame al Señor”, que aquellos que siguen las ordenanzas bíblicas, pero, carentes de amor hacia sus hermanos…
Esos razonamientos no son justos. ¿Por qué tener que elegir entre dos males? ¿Por qué ver solo dos alternativas? ¿Por qué mejor no ser fieles en todo?
Preferir es querer o gustar una cosa más que otra.
Dios no dice: Es preferible… Él dice: “Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23)
¿Cómo elegir la desobediencia a lo mandado por Dios, como preferible a otras formas de desobediencia?
El Señor Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15) En lo relativo a Dios, sus hijos, debemos manifestar nuestro amor en obediencia, ; no buscar justificar nuestra infidelidad, argumentando que, si bien, hay quienes obedecen en aquello que nosotros no, ellos también pecan en otras cosas, y nosotros, preferimos, fallar en esto y no en aquello.
Pensamientos para reflexionar