“¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” (Jeremías 13:23)
“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7)
Muchas veces las personas dicen: ¡Qué difícil es dejar los vicios!¡Qué difícil es portarse bien viviendo santamente!, ¡cuánto cuesta! Y frases por el estilo. En realidad, para todo aquel que no ha nacido de nuevo por la fe en Jesucristo, es decir para todos aquellos que nunca han tenido un encuentro personal con Cristo, y alumbrados por la luz divina, se han sentido pecadores perdidos y han confiado en él como Salvador, todas esas cuestiones y todo cuanto tenga que ver con la carne, no son cosas difíciles de cumplir, son cosas imposibles. (Véase Romanos 8:7)
La Biblia testifica que el hombre se ha corrompido (Isaías 1:6) Y que no depende de él, ni de sus fuerzas, para cambiar y vivir según la voluntad de Dios, sino, que todo depende de reconocer su bancarrota moral y aceptar a Cristo.
¿Quieres dejar el alcohol y los vicios? ¿Quieres vivir y gozar santidad? Tan solo hay poder en Jesús. Tú solo no puedes. Todos te dirán que te esfuerces, pero, todo aquel que es sincero, sabe que no tiene fuerzas. Por eso, ahora es el momento de recibir a Cristo, de entregarle tu vida en el estado en que esté. Él producirá los cambios que se necesitan, porque a todo aquel que nace de nuevo le da una nueva naturaleza en concordancia con él, en la que se puede vivir santamente según el pensamiento de Dios.
Pensamientos para reflexionar