Todos los escritos
“Comer mucha miel no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria” (Proverbios 25:27)
“Espuman su propia vergüenza” (Judas 1:13)
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne” (Gálatas 5:17)
Eróstrato, fue un pastor de Efeso que, deseando fama y notoriedad, incendio en el año 356 A.C, el templo de Artemisa, la diosa Diana que menciona la Biblia (Hechos 19:27,28) Las autoridades de aquel momento, al ver la locura de aquel que dominado por su falta de autoestima buscó notoriedad a cualquier precio, prohibieron mencionar su nombre, y lo sacaron de los nombres permitidos, para que su nombre, su persona y sus hechos fueran olvidados.
Todos tenemos un enemigo interno peor que aquel Eróstrato, que quiere hacerse notar, hacerse ver y recibir gloria, y es la carne. A esa carne no se la puede cercenar, sino cortarla completamente, colocándola en la muerte de Cristo. No hay que tenerle consideración, ni respecto. Ni darle protagonismo, porque si no, de una u otra manera va haciendo su obra.
Alguien solía decir: No importa que hablen bien o mal, lo bueno es que hablen… Así razona la carne. Si se habla bien de las cosas carnales, estas avanzan con consecuencias horrendas, pero inclusive hablando mal de todas esas cosas, si a la carne se le da demasiado protagonismo, también actúa, porque a las personas no hay como decirles que algo está mal como para que deseen hacerlo.
La victoria se encuentra en vivir apegados a Cristo y en obediencia a Dios. Porque andando en el Espíritu, no satisfaremos los deseos de la carne (Gálatas 5: 16)
Pensamientos para reflexionar
