“Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos” (Proverbios 23:26)
Jonatán es un ejemplo del creyente que pone todo lo que tiene a disposición de aquel a quien le entregó su corazón. (1 Samuel 18: 1-4)
La entrega del corazón de aquel que recibe a Cristo, es completa; si es en parte, no es entrega.
Quien se entrega a Jesucristo, se entrega completamente.
La Biblia no dice que haya quienes le recibieron, y quienes le recibieron en parte. Quienes son salvos y quienes son medio salvos. Sino que, hay quienes le recibieron y quienes lo desecharon, quienes son salvos, y quienes están perdidos; quienes se entregaron y quiénes no.
La entrega para salvación es completa o no lo es; y esa entrega, es la que luego se ve reflejada en nuestra vida. Eso no quiere decir que no pueda haber fluctuaciones luego y hasta caídas por no haber sabido velar y tomar los recursos de la gracia a nuestro favor, pero, quien se entregó lo hizo completamente.
Aquellos que argumentan ser aún jóvenes y no haber vivido la vida para entregarle completamente el corazón a Cristo, no muestran una entrega incompleta, sino una falta de entrega.
Si a un enamorado se le dice que no se case y que espere porque aún es joven, seguramente contestará que no necesita esperar, porque desea unirse cuanto antes a quien ama. Así también sucede en su unión con Cristo (1 Corintios 6:17)
Pensamientos para reflexionar
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ENTREGARSE A JESUCRISTO se difundirá en tres partes-