
LAS TABLAS
“Y harás para el tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén derechas… Dos espigas tendrán cada tabla, para unirlas una con otra; así harás todas las tablas del tabernáculo. Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas” (Éxodo 26:15,17 y 19)
El Tabernáculo es una figura clara de Cristo, quien fue la habitación perfecta de Dios en la tierra. Y también, es figura de nosotros, pues Dios habita en su Iglesia.
Las tablas que formaban la estructura del tabernáculo nos hablan elocuentemente de los creyentes. Tablas de madera. Madera que nace en la tierra pero que luego se recubría de oro, metal que nos habla de la divinidad (Éxodo 26:29) Tal como los creyentes, a los cuales el trabajo de Dios los corta de esta tierra y trabaja en ellos para hacer tablas derechas en las que vierte su naturaleza divina (2 Pedro 1:4)
Esas tablas tenían toda la misma base, una base de plata, lo cual es figura de la redención. La redención es lo que tenemos en común todos los hijos de Dios.
En esa redención, las tablas eran fijadas mediante dos espigas que tenían en su extremo. Esas espigas nos hacen pensar en la justicia y el amor de Dios. Dos cosas que se ponen de manifiesto en Dios para con los suyos.
Otro detalle importantísimo es que las tablas por más bien basadas que estuviesen no podían estar separadas, estaban unidas y juntas. Una vara central las atravesaba, no se veía desde fuera pero allí estaba haciendo la unión. Figura del Espíritu Santo. Aunque en total eran cinco varas que sostenían todo, figura del ministerio por el Espíritu (Efesios 4:11)
Pensamientos para reflexionar