EL TRABAJO DEL ESPÍRITU Y EL DEL ENEMIGO (1)

“El Consolador… cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8)

“Las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:15,16)


Al finalizar una reunión, una mujer contó, que ella había asistido a la reunión porque estaba tan atribulada por su pecado que ya no daba más. Que sentía mucho dolor por su vida pasada y que una voz le decía, termina con tu vida, arrójate de la altura de ese cerro en el que vives, deja de sufrir… Esa noche alguien opinó: <Esta mujer tiene un gran trabajo del Espíritu Santo en ella>

Obviamente, el Espíritu Santo estaba obrando en ella, trayéndola a la reunión adonde se le presentó la salvación en Jesucristo, etc. Pero en los demás hostigamientos no.

Debemos tener presente que una persona es colocada ante su pecado por el Espíritu Santo que utilizando la Palabra de Dios le hace ver el estado en el que se encuentra. Pero, también, por el diablo que lo acusa y atormenta, no para que busque a Dios y conozca al Salvador, sino para que se hundan cada vez más en el pecado hasta terminar con su vida.  El Espíritu de Dios no acusa, sino que ilumina, muestra, redarguye, convence accionando las Sagradas Escrituras para que estas “penetren hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos” (Hebreos 4:12) Y ante la persona que ve su estado de perdición, presenta la gracia, lo inmerecido, el sacrificio de Cristo hecho a su favor, para que sea salva, creyendo en él como Salvador.


Pensamientos para reflexionar

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