
“¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto” (Job 40:2)
“Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas” (Eclesiastés 11.5)
Había una mujer que solía ser visitada por un misionero cristiano al cual recibía gustosamente, aunque siempre mostrando su insatisfacción y disconformidad al no poder comprender, porque Dios permitía ciertas cosas en su vida que la hacían sentir mal.
Un día, al verla bordando un tapiz, el misionero le dijo que en realidad no comprendía bien todo el esfuerzo que ella estaba haciendo con su bordado, pues por lo que podía apreciarse no era lindo el diseño, y además parecía desprolijo. La mujer reaccionó sorprendida por la observación, y le dijo: – Realmente me sorprende que me diga eso. ¿Cómo puede juzgar lo que estoy haciendo si aún no lo vio terminado? Además, lo que usted ve desprolijo, lleno de nudos y tramas que se entremezclan, se ven así, porque lo está viendo al revés, si lo viera del otro lado comprendería claramente la obra… –
Ante esas palabras, el misionero aprovecho entonces para explicarle que así solemos actuar con Dios. Nos parece que lo que él hace no tiene sentido. Juzgamos su proceder porque no lo comprendemos, porque no vemos aún el trabajo terminado, ni lo vemos como él lo ve. Lo miramos del lado de abajo y lógicamente no lo entendemos.
Esta historia tiene una gran enseñanza.
Recordemos siempre lo que Jesús dijo a Pedro: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; más lo entenderás después” (Juan 13:7)
Pensamientos para reflexionar