
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12)
Pablo, hablándonos de los postreros tiempos, menciona al menos tres clases de amor que caracterizarán a las personas.
Nos habla del AMOR AL DINERO, “raíz de todos los males” (1 Timoteo 6:10) Y esto, en todos los ámbitos, ya que hasta en el seno de la cristiandad hay quienes toman “la piedad como fuente de ganancia” (1Timoteo 6:5) “enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene” (Tito 1:11) El amor al dinero en el mundo, trae los flagelos que vemos y experimentamos y en el seno cristiano, el abandono flagrante de la verdad.
También nos dice que los hombres serán: “AMADORES DE SÍ MISMOS…” (2 Timoteo 3:2)
Hoy más que nunca vemos ese amor, impulsado hasta por la tecnología, lo cual lleva a las personas a una exposición narcisista, extrema, donde el ego gobierna.
Y también, “AMADORES DE LOS DELEITES MÁS QUE DE DIOS” (2 Timoteo 3:4) que hunde a las personas en los pecados más groseros.
Podemos ver claramente como la Palabra se cumple. Los males a nuestro alrededor están relacionados con el dinero, los deleites del pecado, y ese sentimiento que dice: “Primero yo”.
Esto no tiene remedio en el hombre sin Dios. Se necesita la conversión, para que “el amor de Dios sea derramado en el corazón mediante el Espíritu Santo” (Romanos 5:5) y el hombre, finalmente, ame lo que debe amar.
Pensamientos para reflexionar