DIOS ES LUZ

“El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció” (Mateo 4:16)

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13)


“Dios es luz y que no hay ningunas tinieblas en él” (1 Juan 1:5) El hombre al lado de su creador gozaba de la más pura claridad. Luego el hombre pecó y alejado de Dios que es luz, experimentó las tinieblas.

Sin embargo, Dios, teniendo planes maravillosos para con el hombre, no quiso que quedáramos en ese estado y envió a su Hijo desde los cielos, “para sacar de casas de prisión a los que moran en tinieblas” (Isaías 42:7)

Es sorprendente ver como el pecado cegó a los hombres, hundiéndolos en las tinieblas. Y es sorprendente también el amor de Dios no queriendo que ninguno se pierda. Por esa causa, antes que Jesús empezara Jesús su ministerio en la tierra, vino Juan el bautista, como profeta de Dios, para dar testimonio de la luz. (Juan 1:8)

Ahora pensemos, en un estado de cosas normales, nadie enciende una antorcha para mostrarle a los demás la luz del sol en pleno mediodía, sin embargo, para los hombres pasó, La luz resplandecía, pero ellos no la veían, y Dios envió primeramente a Juan como una antorcha que ardía para dar testimonio de esa luz (Juan 5:35)

Aun así, “los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19)

Solo aquellos que confían en Jesús como su salvador, son trasladados de las tinieblas a su luz admirable.


Pensamientos para reflexionar

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