“Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos.
Ellos perecerán, mas tú permanecerás” (Salmo 102:25,26)
“Porque yo Jehová no cambio” (Malaquías 3:6)
Dios se presenta en la Biblia con nombres que nos enseñan quien es: El Eterno, el Todopoderoso, el Señor, El Altísimo… y también presenta sus atributos que nos enseñan cómo es.
Dios es Amor, es luz, es fiel, es omnipotente, omnisciente, omnipresente, misericordioso, justo, santo, verdadero, eterno, Inmutable…
La inmutabilidad de Dios, a veces no la consideramos como deberíamos. Es importantísimo este atributo, pues nos brinda seguridad ante sus demás excelencias.
Pensemos: Dios es fiel, misericordioso, santo, justo… pero alguien podría preguntar: ¿Cuándo? ¿En qué circunstancia? La respuesta es: SIEMPRE. Ya que él no cambia.
Otros podrían preguntarse: ¿Con el paso del tiempo, no va adaptándose a los cambios de la humanidad? , ¿No se cansa de tener misericordia? La respuesta es: No. Él permanece fiel. “En él no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17)
Podríamos conocer a un mandatario, y llegado el momento de pedirle un favor, encontrarnos con que ya no ocupa el mismo cargo, o no tiene las mismas influencias. La persona seguiría siendo la misma, pero algo varió y ya no puede ayudarnos como lo hubiera hecho antes. Con Dios no pasa lo mismo.
Hasta la misma luna, tiene sus fases para con nosotros, debido a su cambio de posición. Dios es el único que se mantiene inalterable, y es siempre el mismo.
“Ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8)
Pensamientos para reflexionar