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“Entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca… Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta” (Génesis 7:13,15-16)
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois” (Lucas 13:24,25)
La Biblia nos habla de puertas que se cierran. “y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta” (Mateo 25:10) para que comprendamos que no siempre será posible ser salvo. Ahora es el momento preciso, más tarde puede ser demasiado tarde. La puerta se cerrará.
Muchos en tiempos de Noé, como en el relato de las diez vírgenes, habrán intentado entrar. Las vírgenes que golpearon la puerta, fueron aquellas que estuvieron en contacto con las vírgenes prudentes, es decir las que sabían lo que estaba pasando, sin embargo, ni aun así pudieron salvarse.
En esto deben pensar todos aquellos que dejan para más tarde la decisión de aceptar a Cristo. Muchos piensan, yo se bien que debo hacer, no me apuren, ya lo haré en su momento. Cuando no saben si tendrán esa oportunidad nuevamente. Porque mañana, es el camino que conduce a la ciudad de nunca.
Algunos dudan de esto, confiando en sus facultades y en su comprensión, pero no olvidemos, que, para ser salvos, se necesita de la Palabra de Dios y de la operación del Espíritu Santo. Y el Espíritu, que hoy ilumina y convence de pecado conduciendo a las almas a Dios, será retirado. Y sobre todos aquellos que no creyeron en su momento, será enviado un poder engañoso para que crean a la mentira. (2 Tesalonicenses 2:11)
Pensamientos para reflexionar
